El modelo de átomo del sistema planetario de
órbitas (modelo de Bohr) no explica correctamente cómo es el átomo. No podemos
describir el comportamiento del electrón en el átomo de hidrógeno, que es el
más sencillo, indicando que se mueve en una especie de órbita plana alrededor
del núcleo, pues no es posible conocer la posición y la cantidad de
movimiento simultáneamente. Para describir este átomo, actualmente se
admite el modelo propuesto por la mecánica cuántica, modelo mecanocuántico de
Schrödinger. Éste se basó en el concepto dual de la materia (dualidad
onda-corpúsculo) de De Broglie. De acuerdo con la mecánica cuántica sí
podemos conocer una distribución de la probabilidad de encontrar el
electrón alrededor del núcleo, de acuerdo con su carácter de onda.
El carácter dual (onda-partícula) de la materia se puede comprobar experimentalmente al disparar un haz de electrones sobre un diafragma de dos ranuras o rendijas verticales y observar lo que se proyecta sobre una pantalla posterior. Se obtienen patrones de interferencia similares a los que produce la luz en idénticas condiciones. Si se utilizan dos rendijas y se disparan electrones de uno en uno, con suficiente intervalo de tiempo para que no choquen e interfieran entre ellos, en una cámara oscura (o con la luz apagada) se detectan sobre la pantalla bandas o franjas verticales, similares a las producidas por la luz. Es decir, se produce un patrón de interferencias, como consecuencia de la conversión de cada electrón en onda (onda de probabilidad, pues el electrón tiene la probabilidad de existir en un espacio mayor), su llegada al diafragma, su difracción en las dos ranuras simultáneamente, sus interferencias consigo mismo y la producción de franjas brillantes y oscuras sobre la pantalla. Se comprueba así el carácter ondulatorio del electrón.
Difracción de electrones
Según el principio de superposición de estados de la Mecánica cuántica, el electrón pasa al mismo tiempo por las dos ranuras. "El electrón está en dos sitios a la vez". Pero en este caso se manifiesta su carácter ondulatorio de las dos cualidades simultáneas que posee: onda y materia.
De forma similar se puede comprobar si observamos la difracción en un tubo de rayos catódicos. El haz de electrones atraviesa la red de difracción de grafito y se proyecta sobre la pantalla formándose un patrón de interferencias a partir del cual se puede determinar la longitud de onda de los electrones, aplicando la ley de Bragg, y se puede verificar también la relación de De Borglie, dada por λ=h/2π. Los electrones provenientes del filamento caliente chocan con el retículo y dejan sus huellas en él, lo que demuestra su carácter corpuscular. Esta cualidad del electrón se puede observar también con las rendijas del experimento de Young. Si éste se repite con la luz encendida (o con un detector del paso de los electrones o un dispositivo de medición) y sólo una ranura para observar lo que sucede al pasar los electrones, se observa una franja de impactos de los electrones, como si fuesen canicas. En iguales condiciones, con dos rendijas y detectores, se observa un patrón con dos bandas de impactos. En ambos casos el electrón se comporta ahora como partícula o corpúsculo y ya no pasa por las dos ranuras a la vez. Por lo tanto, el solo acto de medir y observar contamina el estado cuántico del electrón y colapsa su onda de probabilidad apareciendo como partícula; el observador o el instrumento medidor influye en el acto de medición (principio cuántico de la medida).
Podemos concluir diciendo que los electrones ni son ondas ni son partículas, sino las dos características simultáneamente, tienen carácter dual de onda y partícula a la vez. El electrón se definirá correctamente, en ese momento, por una función de onda que permite conocer la probabilidad de que el electrón sea una cosa u otra. Al observarlos, se colapsa esta función de probabilidad y se aprecia sólo una de sus cualidades, tal como ocurre en la paradoja del gato de Schrödinger.
El modelo de la mecánica cuántica fue aplicado, en principio, por Schrödinger al caso del electrón del átomo de hidrógeno, una vez que se comprobó experimentalmente la hipótesis de De Broglie (toda partícula en movimiento lleva asociada una onda cuya longitud de onda viene dada por la relación ya citada antes) al observarse el carácter ondulatorio de los electrones, es decir, se comportan como ondas como se comprueba en los fenómenos de difracción. Pero además, por el principio de indeterminación de Heisenberg (Es imposible la determinación simultánea y exacta de la posición de una partícula y de su velocidad, puesto que lo impide la incertidumbre o perturbación ocasionada en el acto de medir una de estas magnitudes). Al no poder precisar la posición exacta del electrón debido a su carácter ondulatorio y a la mencionada perturbación, mayor que la cantidad a medir, lo único que podemos determinar es la probabilidad de que dicha partícula se encuentre en una determinada posición o tenga tal velocidad, pues lo impide esta barrera de nuestro conocimiento. Con estas ideas, Schrödinger estableció una ecuación diferencial, la ecuación de ondas, mediante la cual podemos describir el movimiento ondulatorio del electrón y determinar la probabilidad de que se encuentre en algún lugar alrededor del núcleo:
Ecuación
de ondas de Schrödinger
En ella el operador laplaciana de la función es la suma de las segundas derivadas parciales de ésta respecto a los ejes de coordenadas:
Ψ ó Ψ (x, y, z) representa una función de amplitud sin un significado concreto, no obstante su cuadrado, Ψ2, se puede interpretar como la probabilidad de encontrar el electrón en un punto del espacio (x, y, z) (densidad de probabilidad relativa del electrón). Las distintas soluciones, Ψi, con las correspondientes restricciones, nos dan los distintos orbitales posibles.
E
es la energía total del electrón en este estado. V es la energía potencial del
electrón en el punto (x, y, z). Por tanto, E – V es la energía cinética del
electrón en dicho punto.
El cálculo de las soluciones de la ecuación de ondas nos permite determinar las funciones de onda que contienen la información sobre la posición del electrón, más concretamente, nos permite hallar la distribución espacial de la probabilidad de que el electrón se encuentre en una determinada zona alrededor del núcleo. Se define el orbital atómico como una función que permite calcular en qué región es máxima la probabilidad de encontrar el electrón alrededor del núcleo. En realidad, el electrón no se puede modelizar por una partícula en movimiento sino por medio de una nube difusa de carga eléctrica (modelo de la nube de carga) alrededor del núcleo con mayor densidad en las zonas en las que la probabilidad de encontrar el electrón es mayor. Precisamente, en el átomo de hidrógeno, el orbital se puede simular mediante una esfera de radio 52,9 pm (1 pm o picómetro = 10-12 m) en la que la probabilidad de encontrar la carga del electrón es máxima o en la que la superficie límite de su contorno (con la que representamos el orbital) encierra un 90 o 99% de probabilidad de presencia del mismo (si quisiéramos que la probabilidad fuera del 100%, el orbital abarcaría el universo entero). El radio de esta superficie esférica límite con la que podemos representar el orbital coincide con el valor del llamado radio de Bohr.
Modelo de la nube de carga del átomo de hidrógeno
Para que la ecuación de Schrödinger, aplicada al átomo de hidrógeno, tenga significado físico es necesario imponerle unas restricciones que son conocidas como números cuánticos, es decir, la ecuación de ondas solo presenta soluciones para determinados valores de energía. Es decir, las soluciones de la ecuación de ondas son funciones matemáticas que dependen de unos parámetros o variables, que sólo pueden tomar valores enteros, y que corresponden a zonas de probabilidad donde puede hallarse el electrón. Para describir un orbital atómico posible necesitamos tres números cuánticos: n, l y m, los cuales nos definen respectivamente el nivel energético, el tipo de orbital y la orientación espacial del orbital. Para describir completamente un electrón es necesario introducir un cuarto número cuántico, el de spin, que hace referencia al momento angular de giro del electrón. Puede tomar los valores +1/2 y -1/2. Este cuarto número distingue dos electrones que estén apareados, situados en el mismo orbital, y que posean los otros tres primeros números cuánticos iguales, pues según el principio de exclusión de Pauli, no pueden existir en un mismo átomo dos electrones con los cuatro números cuánticos iguales, por lo que, al menos, deben diferir en el número cuántico de spin.
Números cuánticos
| |
n
|
número cuántico principal
|
l
|
número cuántico del momento angular
orbital
|
m
|
número cuántico magnético
|
s
|
número cuántico del spin electrónico
|
Valores
permitidos para los números cuánticos
| |
Para n
|
números enteros 1, 2, 3, 4, 5, 6,
7, ...
|
Para l
|
números enteros desde 0 hasta (n-1)
|
Para m
|
números enteros entre +l y -l
incluido el 0
|
Para s
|
sólo los números fraccionarios -1/2
y +1/2
|
- El número cuántico principal nos
indica el nivel de energía al que pertenece el orbital y está relacionado
con su tamaño, siendo, por ejemplo, más grande el nivel de n=2 que el de
n=1.
- El número cuántico del momento angular
orbital, llamado también número cuántico secundario, nos indica el tipo de
orbital, relacionado con su forma geométrica. Toma los valores enteros
positivos desde 0 hasta n-1. Es decir, si n=1, l=0 (un tipo de orbital); si
n=2, l puede ser igual a 0 y 1; si n=3, l puede valer 0, 1 y 2; etc.
Valores de l y tipo de
orbital
| |
Si l=0
|
el orbital es del tipo s
|
Si l=1
|
los orbitales son del tipo p
|
Si l=2
|
los orbitales son del tipo d
|
Si l=3
|
los orbitales son del tipo f
|
Si l=0, el orbital es del tipo s (inicial de
sharp, fuerte pero no muy intensa, uno de los nombres dados cuando se
conocieron las rayas espectrales del H). Hay sólo un tipo en cada nivel: 1s,
2s, 3s, 4s, 5s, 6s, 7s, ...)
Si l = 1 el orbital es tipo p (principal o de
línea espectral intensa). (Hay tres tipos de orbitales p en el nivel n=2 y
en cada uno de los siguientes).
Si l = 2 el orbital es tipo d (línea difusa). (Se
conocen cinco tipos de orbitales d en cada nivel, a partir del n=3).
Si l = 3 el orbital es tipo f (fundamental,
frecuente en muchos espectros). (Hay siete tipos de orbitales f en cada nivel,
a partir del n=4 y conocidos sólo hasta en el nivel n=5).
- El número cuántico magnético nos indica la
orientación espacial del orbital, que se acostumbra a definir en relación a un
campo magnético externo. Toma los valores desde -l a +l pasando por 0. Por
ejemplo, si l=0 (orbital tipo s), m solo puede valer 0 (hay un solo orbital s);
si l=1 (p), m puede valer -1, 0 y 1 (realmente hay tres orbitales con distinta
orientación espacial: px, py, pz); si l=2 (d),
m puede valer -2, -1, 0, 1, 2 (son cinco orbitales del mismo tipo con distinta
orientación espacial simbolizados por dx2-y2, dxy, dyz,
dzx); si l=3, m puede valer -3, -2, -1, 0, 1, 2, 3 (son siete
orbitales del mismo tipo f pero de distinta orientación); no existen
átomos con l>3.
Orbitales posibles a partir de los valores
de los números cuánticos l y m
| |||
Orbital s
|
Orbital p
|
Orbital d
|
Orbital f
|
l=0
|
l=1
|
l=2
|
l=3
|
m=0
|
m=-1, 0, 1
|
m=-2, -1, 0, 1, 2
|
m=-3, -2, -1, 0,
1, 2, 3
|
Un solo orbital s
|
Tres orbitales p
|
Cinco orbitales d
|
Siete orbitales f
|
Orbitales
posibles en cada nivel de energía
| |||
n=1
|
n=2
|
n=3
|
n=4
|
l=0
|
l=0, 1
|
l=0, 1, 2
|
l=0, 1, 2, 3
|
m=0
|
m=0, -1, 0, 1
|
m=0, -1, 0, 1, -2,
-1, 0, 1, 2
|
m=0, -1, 0, 1,
-2, -1, 0, 1, 2, -3, -2, -1, 0, 1, 2, 3
|
Un orbital 1s
|
Un orbital 2s y tres
orbitales 2p
|
Un orbital 3s,
tres 3p y cinco 3d
|
Un orbital 4s,
tres 4p, cinco 4d y siete 4f
|
- El número cuántico de spin
define a un electrón en un átomo y hace referencia al momento angular de giro
del mismo. No pueden existir en un mismo átomo dos electrones con los
cuatro números cuánticos iguales, por lo que una vez definido el tamaño, el
tipo y la orientación de un orbital con los tres primeros números cuánticos
sólo es posible encontrar un máximo de dos electrones en dicha situación que
necesariamente uno tendrá el valor -1/2 y el otro +1/2 para su cuarto
número cuántico.
Así como en cada orbital (s, px, py,pz, dx2, dxy, dyz, dxz, etc.) sólo puede haber 2 electrones como máximo (o mejor dicho, sólo puede haber la carga eléctrica de dos electrones, uno con spin +1/2 y el otro con spin -1/2), el número de electrones en cada nivel se puede calcular por la regla 2n2. Así, en el primer nivel energético (n=1) sólo hay un orbital, luego sólo caben dos electrones con distinto spin. En el segundo nivel caben 2 electrones en el orbital 2s y 6 en los 2p (total 2x22 = 8 electrones). En el n =3 caben 2x32 = 18. En el cuarto nivel son posibles 32 electrones.
Los orbitales tienen simetría esférica, aunque el radio es mayor al
aumentar el nivel, por tanto la energía también aumenta en este sentido 1s < 2s < 3s <… Los orbitales p no
son esféricos y están orientados según los tres ejes de coordenadas, pero
presentan la misma energía (orbitales degenerados) en cada nivel. El primer
nivel que tiene orbitales p es el n = 2. Los orbitales d representan densidades
electrónicas o formas distintas a los anteriores, aunque están orientados según
los ejes de coordenadas y los planos que determinan. El primer nivel que
presenta orbitales d es el n = 3.
Nubes de densidades electrónicas de
los orbitales s, p y d.
(Se representan sus superficies límites)
La distribución de los electrones entre los diferentes orbitales de los átomos polielectrónicos, es decir la configuración electrónica de dichos átomos, se realiza teniendo en cuenta tres reglas: seguir el orden de energía de los orbitales (principio Aufbau de Bohr), que es el orden de llenado correspondiente, y aplicar el principio de exclusión de Pauli y la regla de Hund.
(Se representan sus superficies límites)
Los orbitales f tienen formas muy complicadas, siendo el primer nivel que presenta dichos orbitales el n = 4.
La distribución de los electrones entre los diferentes orbitales de los átomos polielectrónicos, es decir la configuración electrónica de dichos átomos, se realiza teniendo en cuenta tres reglas: seguir el orden de energía de los orbitales (principio Aufbau de Bohr), que es el orden de llenado correspondiente, y aplicar el principio de exclusión de Pauli y la regla de Hund.
1s22s22p63s23p64s23d104p65s24d105p66s24f145d106p67s25f146d107p6
Serie de llenado de los orbitales de un átomo neutro.
No se conocen elementos químicos
cuyos átomos tengan más de siete niveles.
Este orden de llenado se puede recordar mediante la regla nemotécnica del siguiente esquema. El orden viene indicado por las flechas empezando por abajo:
Hay que recordar que en un átomo no puede
haber dos electrones con los cuatro números cuánticos iguales (Principio de exclusión de Pauli). Al
llenar orbitales de igual energía (los tres orbitales p, los cinco orbitales d,
o los siete orbitales f) los electrones se distribuyen, siempre que sea
posible, con sus espines paralelos, es decir, desapareados (Regla de Hund).
Ejemplos
de estructuras electrónicas:
8O: 1s2
2s2 2px2 2py1 2pz1
También
se puede simbolizar el orbital por medio de un cuadrado con flechas que
representan electrones. En el caso del átomo de oxígeno:
Así se comprende mejor la regla de Hund que indica que los electrones de orbitales degenerados se colocan inicialmente desapareados y si hay electrones suficientes se van llenando.
9F: 1s22s2 2px2 2py2 2pz1
10Ne: 1s22s2 2px2 2py2 2pz2
Lo
habitual es no especificar los diferentes orbitales degenerados. Por ejemplo:
7N: 1s22s22p3
10Ne: 1s22s22p6
O
también, de forma simplificada, indicando el último nivel antepuesto del
símbolo del gas noble anterior más próximo:
7N: [He]2s22p3
O
también:
[Ar]4s23d1
Para localizar un elemento en el sistema
periódico a partir de su configuración electrónica se mira primero el último
nivel energético que nos dará el período en el que se halla. Se busca el último
nivel en llenarse según el diagrama correspondiente y se determina el tipo de
orbital para localizar el elemento en la tabla periódica, teniendo en cuenta
también el número de electrones que posee para saber en qué grupo o familia se
halla. Por ejemplo, la estructura 1s22s22p63s23p63d54s2
corresponde a un elemento que se halla en el 4º período (4s2), en la
zona de los elementos de transición (d5 incompleto) en el 5º grupo
(5 electrones). Se trata del manganeso (25Mn).
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