Antes de
introducirnos en la ecuación de ondas de Schrödinger es necesario que
analicemos lo que representa un movimiento ondulatorio u onda, como resultado
de la propagación de un movimiento armónico de unas partículas materiales a
otras en un medio material.
Un movimiento vibratorio sencillo es el movimiento armónico simple (m.a.s.), que
se define como aquél que se repite periódicamente a ambos lados de una posición
central de equilibrio. Un sistema, que puede ser una partícula material, que se
desplaza pasando periódicamente por una posición de equilibrio se llama oscilador armónico.
En el movimiento de un oscilador armónico,
la distancia que recorre la partícula oscilante al cabo de un cierto tiempo es
la elongación, y (suponiendo que
realizamos el estudio sobre el eje Y), distancia entre la posición al cabo de t
y el centro de oscilación, O. El valor máximo que puede tomar la elongación es
la amplitud, A. La ecuación del
oscilador armónico es y =
A sen ωt, que
es la ecuación del movimiento armónico
simple que nos permite determinar el desplazamiento de una partícula en
cualquier instante, a partir de su posición central de equilibrio, es decir, su
elongación.
La magnitud ω es la pulsación
o frecuencia angular del oscilador armónico y se puede determinar por la
relación: ω = 2π/T (rad/s), en la que T
es el período, tiempo que tarda el
oscilador en recorrer una oscilación completa, al mismo tiempo que el punto
auxiliar describe, con movimiento circular uniforme, una circunferencia, 2π radianes. La frecuencia
del oscilador es el número de oscilaciones realizadas en la unidad de tiempo;
es f = 1/T (Hz, hercios o ciclos por segundo), puesto que realiza una oscilación
en un T. La frecuencia se mide en hertzios, Hz. Resulta también que ω = 2π/T =
2πf.
Cuando la diferencia de fase entre dos puntos
materiales del movimiento armónico es 2n·π
(n puede ser cero y un número entero) decimos que ambos puntos se hallan en fase o concordancia de fase. Y si la diferencia
de fase es (2n+1)·π, los puntos están en oposición de fase.
Otras dos magnitudes del m.a.s. son la
velocidad y la aceleración. Si la fase inicial es nula, la velocidad del
oscilador armónico es: v = dy/dt = Aωcos ωt, si φ0 = 0. Y la aceleración
es la derivada de v respecto al tiempo, es decir a = d2y/d2t
= - Aω2sen ωt = - ω2y.
Se define una onda o un movimiento ondulatorio como toda energía que producida en
un punto material oscilatorio es capaz de propagarse. Pero no se propaga la partícula
o punto material sino sólo la energía, que se comunica a las partículas del
medio haciéndolas oscilar. Según el movimiento de las partículas del medio, las
ondas se clasifican en: longitudinales,
si las partículas oscilan en la dirección de propagación del movimiento
ondulatorio, como son las ondas sonoras y las producidas en un muelle en la
dirección del mismo, y transversales
si las partículas vibran perpendicularmente a la dirección de propagación, como
son las ondas producidas en una cuerda, o las similares originadas por las
vibraciones de los electrones en los átomos, y las ondas electromagnéticas.
verticalmente
a la dirección de propagación de la onda.
La
distancia entre A y E es una longitud de onda.
Como ya se ha indicado, la distancia λ recorrida por la onda en un período es la longitud
de onda. Por tanto, la velocidad de
propagación de la onda es:
v = λ/T = λ·f
No
se debe confundir la velocidad de propagación de la onda con la velocidad
individual de las partículas oscilantes, que como sabemos es variable según el
tiempo.La ecuación de un movimiento armónico simple, que nos da el estado de vibración de un punto material al cabo de un tiempo t, es, si no hay fase inicial, es decir, si comienza a oscilar en su posición central de equilibrio,
y = A sen ωt.
Se trata de una función senoidal o
sinusoidal que depende sólo del tiempo. Pero un movimiento ondulatorio es una
onda armónica doblemente periódica: respecto al tiempo t, y=f(t), y respecto a
la distancia recorrida x, y=f(x). Si t es constante (un valor determinado del
tiempo) la elongación, y, sólo depende de x, es decir, es una función senoidal que
representa el estado de vibración de los diversos puntos del medio en ese
instante. Y si x es constante, es decir, lo que sucede en un punto determinado,
se trata de una función senoidal que nos da el estado de vibración de dicho
punto en el transcurso del tiempo.
Gráfica
y = f (x)
En
un mismo instante (t = Cte.), la elongación es función de la distancia
recorrida
por la onda. La sinusoide es una imagen del estado de
oscilación
de los puntos en ese instante, como una fotografía de la cuerda en un instante.
Gráfica
y = f (t)
La
elongación de una partícula es función del tiempo y la
sinusoide
es una imagen del estado de
oscilación
de la partícula a lo largo del tiempo (x = Cte.). Describe
pues
el movimiento de una partícula de abscisa fija.
y = A sen ω(t
- t2)
Si
la onda ha recorrido una distancia x en un tiempo t2, la velocidad
de propagación es v = x/t2, y entonces t2 = x/v.
Sustituyendo:
y = A sen ω(t - x/v)
Como
la pulsación ω = 2π/T, sustituyendo resulta:y = A sen 2π/T(t - x/v) = A sen 2π (t/T - x/vT),
de donde, como vT=λ, resulta:
y = A
sen 2π (t/T – x/λ)
y = A
sen (ωt – kx)
Esta es la ecuación del movimiento ondulatorio, es decir la ecuación de una
onda armónica, que es doblemente periódica: respecto al tiempo t y respecto a
la distancia recorrida x. El término k = 2π/λ es el llamado número de onda.
La ecuación de una onda
nos da la distancia de una partícula a su posición de equilibrio, y, conocidos:
λ, longitud de onda, A, amplitud de onda, el período o tiempo que tarda la onda
en recorrer una longitud de onda, la distancia de la partícula al foco, x, y el
tiempo que tarda en recorrer ésta distancia.
Se produce interferencia de ondas cuando éstas se
encuentran en un punto superponiéndose sus efectos. Cuando dos ondas poseen
elongaciones positivas (o ambas negativas) la elongación resultante es mayor
que la de cada onda superpuesta, y la interferencia
se dice que es constructiva. Si al
superponerse las dos ondas, las elongaciones son opuestas, la elongación
resultante es menor que la de cada onda individual y la interferencia es destructiva.
Consideremos el caso
sencillo de interferencia de dos ondas armónicas coherentes (con diferencia de
fase, kx, constante) del mismo período y longitud de onda. Las elongaciones
individuales son:
y1 = A1 sen 2π ( t/T - x1/λ)si uno de los movimientos recorre el camino x1 desde el foco de ondas; y
y2 = A2 sen 2π (t/T - x2/λ).
si el otro recorre x2 en el mismo tiempo t.
El movimiento vibratorio
resultante de la partícula en el punto de encuentro tendrá el mismo período T y
su elongación será la suma de las elongaciones de las ondas que interfieren: y
= y1 + y2. La diferencia de fase entre ambos movimientos
ondulatorios en dicho punto es: φ = 2π ( t/T - x1/λ) - 2π (t/T - x2/λ) = 2π (x2
- x1) / λ
y en
consecuencia el punto realizará un movimiento armónico, de igual período, y
cuya amplitud se puede determinar por la suma vectorial de las amplitudes de
las ondas individuales superpuestas, según el principio de superposición, es
decir:
- La amplitud será máxima cuando cos φ = 1; φ = 2π·n (n puede tomar los valores 0, 1, 2, ...) y
entonces 2π (x2 - x1)
/ λ = 2π·n; de donde:
x2 - x1 = n·λ
y la amplitud: A2 =
A12 + A22 + 2 A1 A2
= (A1 + A2)2; A = A1 + A2.Cuando la diferencia de caminos es múltiplo entero de la longitud de onda, la amplitud resultante es la suma de las amplitudes (Interferencia constructiva).
Si ambas ondas son idénticas, esto es, tienen igual amplitud, además de iguales frecuencia y longitud de onda, la onda resultante tendrá de amplitud el doble de la de cada interferente:
- La amplitud será mínima si cos φ= - 1; φ = (2n + 1)·π; luego
x2 - x1 = (2n + 1)·λ/2; A = A1 - A2.
La amplitud de la onda resultante es la diferencia entre las
amplitudes individuales para todos los puntos cuya diferencia de distancias a
los focos sea un número impar de semilongitudes de onda (Interferencia
destructiva).La amplitud de la onda resultante será nula para ondas de igual amplitud. Esto sucederá cuando x2 - x1 = (2n + 1) · λ/2.
La interferencia de dos ondas
idénticas puede dar lugar a una figura formada por una familia de hipérbolas,
las llamadas líneas nodales (lugar geométrico de los puntos donde la amplitud
es nula por interferencia destructiva), y a otra familia de hipérbolas donde la
amplitud es máxima por interferencia constructiva (líneas de vientres).
Las ondas
estacionarias se producen cuando interfieren dos ondas sinusoidales
idénticas pero que avanzan, con la misma velocidad, en la misma dirección y
sentido contrario. La onda que se obtiene es estacionaria, es decir, no se
propaga, presentando unos puntos en reposo, llamados nodos, N, y otros que
oscilan verticalmente con la máxima amplitud, que se conocen con el nombre de
vientres, V. Así resulta que todos los puntos que vibran lo hacen en fase pero
no tienen la misma amplitud.
Para obtener la ecuación de una onda estacionaria
partiremos de las ecuaciones de las ondas que interfieren, teniendo en cuenta
que la distancia recorrida por una de ellas es de sentido contrario al de la
otra:
y1 = A sen (ωt – kx) = 2π( t/T - x/λ), para la onda que viaja hacia la derecha, y
para la de sentido contrario: y2 = A sen (ωt – kx).Las ondas interferentes tienen la misma amplitud A y longitud de onda λ, y el mismo período T. Por el principio de superposición, la elongación resultante es
y = y1 + y2 = A sen (ωt - kx) + A sen (ωt + kx);
teniendo en cuenta la relación sen a + sen b = 2 cos (a-b)/2 · sen (a+b)/2,
resulta: y = 2A cos (- kx) sen ωt, puesto que cos a = cos (-a). Luego:
y = 2A cos kx sen ωt
es la ecuación de una onda estacionaria.
El coeficiente del seno
nos da la amplitud de oscilación de cada punto, a una distancia x del foco: Ar
= 2A cos kx = 2πx/λ, que es
independiente del tiempo, pero que varía según una relación sinusoidal en
función de la abscisa x del punto que se considere.
Los nodos, puntos de
amplitud nula, cumplen con la condición de que la distancia entre dos de ellos
consecutivos es de media longitud de onda. En efecto, como los nodos tienen
amplitud nula:
cos 2πx/λ = 0; 2πx/λ = π/2 + nπ; es decir: x = (2n + 1)·λ/4;
Para n=0, x1= λ/4, y para
n=1, x2= 3λ/4, por tanto: x2 -
x1 = λ/2, luego los dos primeros
nodos consecutivos están separados media longitud de onda. Y así cada pareja de
nodos consecutivos.
Para el caso de los
vientres, puntos de máxima amplitud, el coseno tendrá su valor máximo: cos 2π x/λ = 1 ; 2π x/λ = 0 + nπ; x = λ/4·2n.
La distancia que separa dos vientres se puede hallar también dando dos
valores consecutivos de n, por ejemplo 0 y 1; para n = 0, x1 = 0; si
n = 1, x2 = λ/2; luego la diferencia es λ/2, media longitud de onda. Los vientres
también están separados media longitud de onda. Por tanto, entre un nodo y un
vientre hay una distancia de un cuarto de longitud de onda.
Un caso muy importante es
el que se produce cuando una onda interfiere con su propia onda reflejada dando
lugar a una onda estacionaria, tal como ocurre con los electrones confinados en
el átomo.
Montaje para
producir ondas estacionarias en una cuerda sujeta por los dos extremos.
Supongamos una cuerda, uno
de cuyos extremos se sujeta con un vibrador y el otro se coloca fijo a un
soporte. Las ondas generadas se reflejarán en el extremo y se superpondrán con
las incidentes, dando lugar a ondas estacionarias.
Como en cada extremo se
produce un nodo, la distancia entre ambos, que es igual a la longitud de la
cuerda, contendrá un número entero de semilongitudes de onda, dado que entre
dos nodos consecutivos hay media longitud de onda. Luego la longitud de la
cuerda será: l = n λ/2
Y la longitud de onda de las ondas estacionarias será:
λ = 2·l /n y
la frecuencia f = v/λ = nv/ 2·l.
La frecuencia y la longitud de onda de la onda estacionaria
fundamental se obtendrán para n =1, es decir:
f1
= v / 2·l; λ1 = 2·l Onda
fundamentalPara n = 2 (segundo armónico): f2 = 2 f1 ; λ2 = λ1 / 2 = l
Para n = 3 (tercer armónico): f3 = 3 f1 ; λ3 = λ1 / 3 = 2 l/3
Para n = 4 (cuarto armónico): f4 =
4 f1 ; λ4 = λ1 / 4 = 2 l/4
= l/2, ...
Como hemos indicado antes, Schrödinger sorprendió al mundo científico con la publicación de su teoría de la mecánica ondulatoria o cuántica, en la que el modelo del átomo era resuelto considerándolo como una onda. Schrödinger, convencido de la necesidad de un nuevo modelo del átomo, estableció una ecuación de ondas para describir el modelo ondulatorio del electrón del átomo de hidrógeno.
Supongamos una onda que se transmite por una cuerda tensa gracias a que las partículas de la cuerda vibran como un oscilador perpendicularmente a la dirección de propagación de la onda:
La distancia o desplazamiento de una partícula de la cuerda a un punto
de su vibración respecto a su posición central de reposo es y, al cabo del
tiempo t, siendo v la velocidad de propagación de las ondas y x la distancia
recorrida por la onda para llegar a la partícula que oscila. El desplazamiento
y es una función de x y de t: y = f(x).g(t), por tanto, la ecuación de la onda
debe contener la dependencia de la elongación respecto a la distancia recorrida
por la onda, x, (f(x) es como la fotografía de la cuerda en un instante
congelado) y respecto al tiempo, t (g(t) describe el movimiento de una
partícula situada en un punto de abscisa fija). Se cumple la ecuación diferencial:
Se puede comprobar cómo la ecuación general del movimiento ondulatorio y
= A sen (ωt-kx) satisface a la ecuación anterior. Al derivarla parcialmente
respecto a x:
y la derivada segunda
Despejando ω2A sen(ωt-kx) y
sustituyendo en la expresión anterior de la diferencial de segundo grado
respecto a t, queda la ecuación diferencial de ondas indicada antes.
Si aplicamos esto al caso de ondas estacionarias que tienen lugar en una
cuerda sujeta por los dos extremos, la elongación, y, sólo depende de la
posición de la partícula en la cuerda, es decir, de la abscisa x. Hemos
introducido las ondas estacionarias porque vamos a aplicar la ecuación de ondas
al caso del electrón confinado dentro del átomo de hidrógeno, cuyo
comportamiento es semejante al de una cuerda vibrante sujeta por los extremos.
El electrón vibra como un oscilador armónico, como los puntos materiales de la
cuerda, y se generan determinadas ondas estacionarias, al
igual que hay sólo unos modos de vibración en la cuerda.
La ecuación de las ondas estacionarias es:
y = 2Acos(ωt)sen(kx)
y la derivada segunda se calcula como
antes:
Hagamos ahora dos generalizaciones: una, sustituir f(x) por una magnitud
abstracta, Ψ, dependiente periódicamente de x; otra, extender el movimiento a
las tres dimensiones del espacio. De modo que sustituyendo f(x) por Ψ(x, y, z),
que escribiremos simplemente como Ψ, nos queda:
Para simplificar la escritura,
introducimos el operador diferencial nabla (∇) (más concretamente, se trata del laplaciano,
∇2, de la función):
Con lo que la ecuación queda así:
Schrödinger
postula que esta ecuación se puede aplicar a cualquier partícula y que la onda
descrita se identifica con la hipótesis de De Broglie:
λ =
h/mv.
Y así
tenemos:
E = V
+ ½ mv2
Si
extraemos la expresión mv2 = 2 (E – V), y la sustituimos en la
ecuación, resulta la ecuación de ondas de
Schrödinger:
Ecuación
de ondas
Ψ:
función de onda
m:
masa del electrónh: constante de Planck
E: energía total del electrón
V: energía potencial del electrón
La ecuación de ondas tiene un número
infinito de soluciones, pero sólo algunas de ellas la satisfacen. A estas
soluciones permitidas, llamadas funciones de onda, les
corresponden valores definidos de energía. La función de onda, Ψ, viene a representar una función de
amplitud sin un significado físico concreto, no suministra ni la posición ni la velocidad exactas
del electrón, en cambio su cuadrado, Ψ2, se puede interpretar como la probabilidad de
encontrar el electrón en una región determinada del espacio que rodea al
núcleo, con
lo cual se está introduciendo en el modelo el principio de incertidumbre de
Heisenberg.
En cierto modo se puede considerar a Ψ
como el equivalente, en el lenguaje de la mecánica ondulatoria, de la órbita
propuesta por Bohr; de ahí que sus soluciones se llamen orbitales. De la resolución de la ecuación
de onda de Schrödinger se obtiene, por tanto, una serie de funciones de onda (ó
probabilidades de distribución de los electrones) para los diferentes niveles
energéticos que se denominan orbitales atómicos.
Es decir, como el electrón está situado en el interior del átomo y se comporta como un
oscilador originando ondas estacionarias, entonces la existencia de un número determinado de
ondas estacionarias, como hemos indicado antes, da lugar a una selección 1, 2,... de estados permitidos como soluciones de
la ecuación de ondas y, por tanto, a una secuencia E1, E2,...
de valores discontinuos de la energía que describen de una forma simplificada
los posibles niveles energéticos del electrón dentro del átomo.
Sólo
puede haber múltiplos enteros de su longitud de onda λ en el interior de la
superficie esférica límite del orbital del átomo. Estas ondas estacionarias
asociadas al electrón se corresponden con los distintos niveles de energía que
puede adoptar el electrón. La figura corresponde a una onda estacionaria de 3λ.
Por
tanto, la ecuación de ondas describe el
movimiento del electrón en el átomo de H y sus soluciones corresponden a las ondas
estacionarias fundamentales del átomo, donde el electrón tiene una longitud de
onda, λ. Schrödinger reconoció que la solución de su ecuación de onda, Ψ, en
tres dimensiones (x, y, z) exigía la presencia de tres números cuánticos para
describir un orbital: n, l y m.
Existe un cuarto número cuántico, s, pero éste sólo interviene en la
identificación del electrón.
Podríamos
imaginar el electrón como una nube difusa de su carga eléctrica, cuya densidad
varía de un lugar a otro. Pero se acostumbra a representar los orbitales por
medio de una superficie de contorno que limita la región del espacio donde hay
máxima probabilidad de encontrar el electrón o lo que es lo mismo una mayor
densidad de carga eléctrica.
Las
soluciones de la ecuación de Schrödinger permiten determinar la energía del
electrón dispersado en cada nivel y su dependencia de los números cuánticos.